18:30 y suena España Cañí, mientras me apuntan que antes, el sitio más cotizado de la plaza era la andanada y el más barato la barrera, por la simple razón de evitar el olor a toro y a sangre, y los excesos de la antigua tauromaquia. Yo me quedo pensando. Por fin y después de cuatro años comparto una tarde de toros con ese ser entrañable (al que algún día le confesaré que le pagaría por fingir que es mi abuelo) "Hemos pasado años pidiendo esta andanada y no había forma, claro que pasábamos aquí cuando queríamos, pero ahora lo hacemos oficialmente" insiste antes de salir el primer toro.
Los tendidos están llenos de historias, y la historia está llena de tendidos. En los tendidos se ve un fiel retrato de la sociedad, pequeños rincones y seres que abren una ventana en pleno S.XXI al Madrid de Goya, al de la república, a la dictadura de Primo de Rivera (y su famoso peto) 40 años de dictadura y la transición a la democracia. Y termina en nuestros días "LA POSMODERNIDAD"
La tauromaquia siempre fue incluso antes de existir, un arte en decadencia, un concepto demodé en su esencia, en el primitivismo que saca el más puro instinto de lucha y supremacía de la imaginación contra el instinto. La lucha de poder a poder, el arte del engaño más de verdad porque se muere. Y todos esos conceptos barrocos que tan incomprendidos son hoy en día en esta sociedad posmoderna. Porque el hombre ya no es hombre, y los tendidos en una tarde como hoy, describen muy bien la situación por la que estamos pasando. Lejos de convencionalismos sociales como San Isidro (que queda muy bien contar el lunes en la ofi que has ido a los toros en feria) la tauromaquia en Madrid está muerta! Pero no hemos inventado nada, la tauromaquia lleva muriendo toda la vida, pero siempre la salvará lo mismo, el aficionado jóven escuchando al viejo.